Sin petardos pero con petardas, como adelantaba la consigna. La imprevisible pirotécnia de antaño fue sustituida por una lluvia de estrellado confeti; un multiplicador de glamour que anunció a unas anfitrionas bien engalanadas con su amable inmoralidad. La Plaza Quartera devino verbena para celebrar el cuarto aniversario del bar Flexas, epicentro del cañeo, la contracultura y la sinvergonzonería palmesana. Gloria fuertes, versada por ´La Terremoto´, ilustró el pregón de salida: "Doña Pitu-piturra tiene unos guantes, Doña Pitu-piturra muy elegantes. Doña Pitu-piturra tiene un sombrero, Doña Pitu-piturra con un plumero". La madrina, Pepa Charro, sin complejos y "sin inspiración". Y muy agradecida con su primer casi lustro de regencia tabernaria: "Virgencita, virgencita que me quede como esté".

Dado el sus -desde un balcón donde ´Estrella´ desbordó sensualidad además de jugarse la vida- licencia para la fiesta. Muchas las convidantes, más los convidados; fieles a una cita que cada año dinamita sus límites. Un travestido José Martret, cineasta amigo de la casa (¡¡¡Todas!!!), se encargó de sugerir la sorpresa de la velada, canturreando en voz alta un reconocible "Que no, no, no...". La idea de una ´Terremoto´ mutada a Winehouse comenzó a cobrar sentido.

´Estrella´, Dani García y Looking by Amen fueron los primeros en pisar escenario, al margen de los Tachenkos, dj´s encargados de animar el previo. El primero se destapó con un alarde de amenazantes cabriolas. Repetiría más tarde, evocando el Souvenir de sus extinguidos Peor Imposible. Y jugueteando, a petición popular, con su clásico y provocador tanga virtual. Fueron minutos bandidos, muy aplaudidos. Al igual que los patrocinados por el resto de los artistas: desde Sevilla, el tándem Cañadas y Osario. Desde Chile, en plena gira aparcada, La Prohibida. También Las Fellini, Paquito de Talegueros (y familia) y Nadiuscrach con Chicomalo. Por cierto, la famosa Rhianna, anunciada en el cartel no fue tal. Error tipográfico premeditado, pues apareció ´La Roída´, como no,´Estrella´ again.

Entremedias, un minuto antes de la hora bruja, Concentración de besos, un espacio reservado "para el amor entre tanto polvo de construcción". Alentados por la Charro, una soldadesca de travestis buscaron improvisada pareja, forzando a la concurrencia más solitaria a inventarse una para no toparse con ellas.

El plato fuerte lo amparó el alma máter del sarao, ´La Terremoto´. Y sí, hubo deconstrucción de la megaestrella politoxicómana: No me parezco a Amy Winehouse reza una nueva versión destinada al megahit estival. "Que, no, no, no", ratifica el estribillo. A pesar de la semblanza más que razonable que existe entre las dos artistas. Y de que Pepa Charro"ya cantaba cuando ella hizo la comunión, nión, nión".