Por ello, el derecho a la planificación familiar centra este año el Día Mundial de la Población, que el Fondo de las Naciones Unidas para la Población celebra mañana, 11 de julio.

En los países en desarrollo, las complicaciones ocurridas durante el embarazo y el parto son la principal causa de fallecimientos de las jóvenes entre 15 y 19 años.

"El número de mujeres que mueren mientras dan a luz nos recuerda brutalmente que existe una disparidad entre ricos y pobres", señaló el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en un mensaje con motivo de esta jornada.

"Garantizar un acceso a los servicios de planificación familiar básicos permitiría reducir la mortalidad materna en un tercio y también disminuirían en un 20 por ciento las muertes de niños", agregó.

Aunque hace ya cuarenta años los miembros de la ONU decidieron proclamar el derecho fundamental de todas las mujeres a decidir libremente y de forma responsable el número de hijos y el momento de tenerlos, ese objetivo está lejos de ser alcanzado.

De hecho, uno de los Objetivos del Milenio para el Desarrollo está consagrado a la salud materna y en él se incluye el derecho a decidir el momento de engendrar, pero "sin embargo, es el objetivo que menos ha avanzado", recordó Ban.

Doscientos millones de mujeres en el mundo no utilizan ningún tipo de método de contracepción, a pesar de que afirman que les gustaría controlar sus embarazos.

Por ello, cada año hay 190 millones de mujeres que quedan embarazas, al menos un tercio sin haberlo querido, por lo que 50 millones de ellas recurren al aborto, de las cuales 68.000 mueren por haberlo efectuado en situaciones precarias.

Según el Fondo para la Población, los métodos anticonceptivos prevendrían 2,7 millones de muertes infantiles por año, y salvarían la vida de 175.000 mujeres.

Además, el control de la fecundación ayudaría a reducir la pobreza, ralentizar el crecimiento demográfico y atenuar la presión sobre el medio ambiente.

De hecho, se calcula que, como la población mundial crece 78 millones por año, en 2050 habrá pasado de los 6.700 millones de personas actuales a 9.200 millones de personas en el mundo.

"Sin embargo, si las tasas de natalidad no cambian, la población mundial llegará a los 11.900 millones en 2050", alerta la agencia de la ONU.

Para reducir ese crecimiento demográfico, la ONU considera esencial que las chicas jóvenes puedan retardar la edad de su primer embarazo y luego espaciar los siguientes.

Según los datos de la organismo, responder a las necesidades no satisfechas de planificación familiar reduciría la fecundidad en un 35 por ciento en América Latina y el Caribe, un 20 por ciento en los estados árabes y en África Oriental y Austral, y un 15 por ciento en Asia y en África del Oeste.

Esta situación se agravará dado que mil millones de personas alcanzarán la edad de la procreación en los próximos años.

Por ello, la agencia de la ONU considera que "un compromiso político y financiero de alto nivel para promover la planificación familiar se impone de urgencia al nivel mundial, regional, nacional y local. Las ONG y la sociedad civil también tienen un rol crucial".