Un séquito de película. No en vano, el viajero es el príncipe Maha Vajiralongkorn, heredero al trono de Tailandia. Llegó ayer a Palma acompañado de un numeroso grupo de asistentes para pasar unos días de descanso en la isla.

Hijo único del rey Rama IX y de la reina Sirikit, el príncipe tiene 55 años de edad. Su madre pasó dos jornadas agotadoras dedicadas a adquirir productos de la tierra; perlas Majórica, sobre todo. Sirikir visitó la isla en enero de 1996.

Su hijo remeda a la reina madre, aunque está por ver si su afán consumista es tan pródigo. Casado en tres ocasiones, su último matrimonio con la princesa Siriwanwari le ha deparado un hijo varón, el heredero, con toda probabilidad, Dipangkorn Rasmijoti.

Poco apreciado por su pueblo, que le considera un déspota y de costumbres licenciosas, el príncipe tailandés nació en Bangkok. Educado a la occidental en el Reino Unido, Estados Unidos y Australia -fiel reflejo de las costumbres de las clases altas de los países asiáticos colonizados por Europa-, aunque se da el caso que Tailandia fue una excepción ya que ningún país de Europa lo conquistó.

Amante de los vuelos, el heredero es piloto de aviones y helicópteros de guerra en su calidad de príncipe general del ejército Tailandés, almirante de la Marina y mariscal aéreo.

Maha Vajiralongkorn ha desposado a tres mujeres. La primera de ellas, su prima, la princesa Soamsavali Kitiyakara. Tuvieron una hija en su corto matrimonio: la princesa Bajrakitiyabha. Le sucedería la princesa Yuvadhida Polpraserth con quien tuvo cuatro hijos y una hija. Una vez más, la pareja fracasó y se divorciaron en 1996.

Tailandia tenía una monarquía constitucional hasta el golpe de Estado militar del 2006. Destino turístico de primer orden, el tsunami del 2004 fue un azote a uno de los tigres de Asia.