En declaraciones a Europa Press, el portavoz de FACUA, Rubén Sánchez, reclamó "transparencia" en este asunto, no sólo por parte del gobierno italiano sino también de las autoridades españolas. "Es fundamental que transciendan los nombres de las empresas implicadas para dar mayor tranquilidad a los consumidores" añadió.

Sánchez también aconsejó, "como medida de precaución", la retirada cautelar de estos productos. En el mismo sentido se expresó el portavoz de la Unión de Consumidores de España (UCE), Daniel Vega, que exigió a las autoridades italianas que informen "sobre qué tipo de productos se ha puesto en el mercado y a qué empresa se ha vendido", y, en el caso de que hayan sido exportado a España, "su retirada inmediata".

En este punto, la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) anunció que se ha puesto en contacto con la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN) para que adopte "las medidas necesarias" en caso de que el mercado español "pueda verse afectado".

Por último, el portavoz de la Federación de Usuarios Consumidores Independientes (FUCI), Luis Javier Alcalá, apostó por "extremar los controles en origen y destino", al mismo tiempo que reclamó al Ministerio de Sanidad y Consumo dar "luz y taquígrafo a este asunto" y evitar de este modo que se repita la situación vivida en la última crisis del aceite de girasol, donde "durante tres días enteros" no se facilitó información al respecto.

Sin embargo, fuentes del Ministerio de Sanidad y Consumo consultadas por Europa Press señalaron que no tienen "constancia" de la entrada de este producto en el mercado nacional.