Josette Sheeran, directora ejecutiva del Programa Mundial de Alimentos (PMA), afirma hoy en el Financial Times que su agencia examinará la posibilidad de "limitar las raciones alimentarias o incluso el número de recipientes" si los donantes no aportan más dinero.

Los responsables de esa ayuda confían en que puedan finalmente evitarse esas medias, pero advierten de que la fuerte subida del precio de los alimentos ha elevado en varios millones de dólares a la semana el presupuesto necesario de la agencia.

Según el PMA, incluso las clases medias urbanas de los países en vías de desarrollo comienzan a pasar hambre por culpa de la subida de los precios de productos agrícolas básicos como el trigo, el maíz, el arroz o la soja.

"El hambre tiene de pronto un rostro nuevo", afirma Sheeran, quien explica que mucha gente no puede permitirse de pronto comprar ciertos alimentos.

El hambre está "afectando a un gran abanico de países", señala la máxima responsable del Programa Mundial de Alimentos en referencia a Indonesia, Yemen y México.

Hasta ahora, el principal objetivo de esa agencia de la ONU eran las regiones donde había escasez de alimentos, pero de pronto se encuentra con un nuevo desafío: ayudar a los países donde el problema no es la escasez sino la carestía de los mismos.

Según Sheeran, en los países en desarrollo muchas familias han dejado de comer tres veces al día y lo hacen sólo una vez por culpa de esa carestía.

Así, por primera vez en veinte años, Egipto ha ampliado su sistema de racionamiento de alimentos mientras que Pakistán ha reintroducido un sistema de cartillas de racionamiento que había abandonado a mediados de los ochenta.

Los países pobres del mundo tendrán que pagar este año un 35 por ciento más por sus importaciones de cereales, lo que llevará la factura total del año que acaba el próximo julio a la cifra récord de 33.100 millones de dólares y ello pese a que importarán un 2 por ciento menos, según datos de la FAO.

Según otra información que publica hoy el Financial Times, la India se expone a una fuerte inflación en el precio de los alimentos debido a que su producción de trigo y semillas oleaginosas no basta para atender la fuerte demanda.

La inflación en el sector alimentario es una de las áreas más sensibles de la economía india, y así el Banco Mundial calcula que un 29 por ciento de los 1.100 millones de habitantes de ese país asiático viven por debajo del umbral de la pobreza.

Fuentes del ministerio de Agricultura de EEUU creen que este año los precios de los productos agrícolas crecerán entre un 3 y un 4 por ciento tras haberlo hecho en un 4 por ciento el año pasado, su mayor subida desde 1990, cuando los alimentos crecieron cerca de un 6 por ciento.